martes, 7 de abril de 2009

Desde mi balcón (Martes Santo)

Nacen de mí.
Al paso repicante
de doncellas bajo palio
y hombres en cruz,
la masa en fibra,
en pura raiz.
Inclinaciones, reflexiones serias,
juicios y tendencias,
cavilaciones y máximas,
algún proverbio,
axiomas, adagios.
Intrincadas moralejas.
Los veo nacer.
Mas ellos se afianzan
tan débiles
como una brizna.
Los siento hormiguear en mis cabellos,
asomarse a mis ojos
a la espera de brisas nocturnas.
Les doy legañas
o una lágrima dulce.
Algunos se desvanecen sin más,
caen a la hierbabuena, a las fresas, al asfalto.
Otros crecen y se hacen bellos, hercúleos,
nervudos y pujantes.
Explotan como pompas.
Los quiméricos, en su capricho,
hacen cosquillas en los labios
y me afanan sonrisas, y bailan.
Aletean como pececillos
en océanos bravos.

Cuando la música calla.

4 comentarios:

Belkis dijo...

Bonito poema. Espacio sensible. Me ha gustado visitarte. Espero tu visita. Un afectuoso saludo.

Juliana dijo...

hola, de donde eres?
perdoname por mi español pobrecito, soy brasileña y gosté mucho de acá
=)

josé rasero dijo...

Bienvenida Belkis y gracias por tus halagos! Te vistaré y te comentaré algo, no lo dudes. ¡Salud!

josé rasero dijo...

¡Hola Ju! Soy de Cádiz, al sur de España y Andalucía. Un lugar mágico. ¡Gracias por visitar esta nave! ¡Saludos!