Qué bonito es ver el interés que despierta el correcto uso
del castellano. Qué bello advertir que los que te tildan de talibán del
lenguaje cuando les avisas de sus incorrecciones se echen ahora las manos a la
cabeza. Qué maravilloso que quienes entre sus palabras cotidianas usen sin
rubor ("quizás" mal escritas, "posiblemente" mal
pronunciadas) backstage, running, email, chequear, chance, copyright o, qué sé
yo, fashion, no soporten -es portada en prensa, es de interés (turístico)
nacional- que alguien rompa la norma para visibilizar algo (oh, la mujer, ah,
el feminismo, ¡cuidao!) Qué tremendo que todo suceda en un país cuyo presidente
(y su 'portaboca' del gobierno) destroza sin pudor nuestra lengua día a día (es
anecdótico, claro, frente a todo lo que podríamos decir de Eme Punto) al tiempo
que nos pide que ahorremos para 'los reveses de la vida'. Será la economía del
lenguaje. Será eso.
*Por otra parte, todos haríamos bien en informarnos de qué
es la Norma y qué el Sistema en una Lengua.
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